Frutas de Colombia: un placer y una riqueza inigualables
La variedad de pisos térmicos y la fertilidad de los suelos de Colombia solo podría tener como resultado una diversidad de frutas única. En su libro ‘Deliciosas frutas tropicales’, Liliana Villegas nos habla de su historia, beneficios y mejores prácticas sobre su recolección y almacenamiento. Las frutas de Colombia nos dan cientos y cientos de motivos para amar y proteger cada día más a nuestro país.
Y es que cada región de Colombia es un jardín de riqueza y biodiversidad. Desde las selvas húmedas del Amazonas hasta los valles interandinos, el país alberga una de las mayores diversidades de frutas del planeta: con más de 433 especies endémicas, se posiciona como el primero del mundo en diversidad de frutas por kilómetro cuadrado.
Esta riqueza no solo es biológica, sino también cultural: las frutas están presentes en la vida diaria, en las celebraciones, en la medicina tradicional, en la memoria colectiva y hasta en las tácticas de conquista.
Entre las frutas que solo se encuentran en el territorio colombiano se destacan el borojó (reconocido por sus propiedades afrodisíacas y energéticas), el chontaduro (rico en vitamina E), lulo (ácido y refrescante), la feijoa (dulce y aromática) y el marañón (fuente de fibra y grasas saludables). Ellas se unen a una muy extensa lista en la que también hay nombres tan conocidos como mango, papaya, piña, guayaba, maracuyá y banano… y otros menos familiares para el común de la gente, como caimito, piñuela, camajón, milpesos, yaca, cubarro y tucuragua.
Versátiles por naturaleza
Las frutas colombianas no solamente se podrían comer por meses sin repetir alguna, sino que se transforman en una gran variedad de preparaciones: jugos, postres, salsa, mermeladas, compotas… incluso forman parte de platos salados, a los que les agregan un poco de alegría y sabor.
¿Sabes qué valores esenciales de los colombianos están representados en la variedad de frutas de nuestro país?
- Creatividad: en la cocina, donde cada fruta tiene múltiples usos.
- Resiliencia: en comunidades que cultivan en condiciones difíciles.
- Solidaridad: en la costumbre de compartir frutas en plazas y hogares.
- Identidad: en cada fruta que cuenta una historia regional.
En Colombia, son símbolo de abundancia, de conexión con la tierra y de orgullo por lo propio. En cada mordisco hay biodiversidad, cultura y sabor.