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Enviado por Jaime el October 18, 2025

Tamal tolimense: sabor que une a Colombia

Un delicioso tamal tolimense se cocina por 3 horas antes de que puedas probar su delicioso sabor, mezcla de pollo, cerdo, huevo, papa, arveja... Su característica envoltura en hoja de plátano aporta sabor y aromas, y es biodegradable. 

El tamal da la bienvenida a la madrugada en casas campesinas y cocinas urbanas, donde el día comienza comienza alistando los ingredientes para prepararlo. Este plato representa el cuidado con que se envuelven y se preservan las cosas que tienen un alto valor. 

Originario del departamento del Tolima, el tamal se distingue por su generosidad, pues mezcla ingredientes que satisfacen los más diversos gustos: pollo, carne de cerdo y huevo; alverjas, papa, zanahoria y cebolla, que se mezclan en una deliciosa masa de maíz. Todo se envuelve cuidadosamente en hojas de plátano, que cumplen una función esencial: protegen, aromatizan y conectan el plato con la tierra. 

La hoja  también es un símbolo de respeto por la naturaleza, una técnica ancestral que conserva la humedad y aporta un sabor vegetal que no se logra con ningún otro material.

Un abrazo a fuego lento

La cocción del tamal es lenta y requiere paciencia, pues se cocina al vapor durante varias horas, en grandes ollas que parecen calderos de historias. En muchas familias, la preparación del tamal es colectiva: se reúnen madres, tías, hijos y vecinos para armar decenas de tamales que luego se reparten. Esta comudo está presente en fiestas patronales, navidades y otras celebraciones, y es protagonista servido con chocolate caliente y pan.

En diferentes regiones del país se han creado variantes con ingredientes distintos, tamaños diversos y envoltorios que cambian según el clima y la cultura. En el Huila, por ejemplo, se le agrega garbanzo; en el Cauca, se prepara con maíz morado. Cada versión cuenta una historia, pero todas comparten el mismo espíritu: el de envolver con cuidado lo que se quiere conservar.

El tamal tolimense, como Colombia, es solidario, porque se prepara en comunidad; es paciente, porque exige tiempo y dedicación, y tiene identidad, porque cada familia enriquece su receta. En su preparación hay respeto por el origen, por el campo, por los ritmos lentos que contrastan con el apuro moderno.

En cada tamal hay un abrazo. En cada hoja de plátano, una promesa de sabor y tradición.