Pasar al contenido principal

Honda

Enviado por Jaime el October 12, 2025
Body
Donde la historia vive en cada rincón

Honda:
donde la historia vive en cada rincón

Honda es la ciudad más antigua del Tolima. Avistada por primera vez en 1539, es una joya colonial de Colombia. Con sus más de 40 puentes, calles empedradas y un legado fluvial, es un destino que conecta pasado y presente, y que ha sido testigo de siglos de historia. 

La ciudad está a orillas del imponente río Magdalena y su apelativo se debe precisamente a la cantidad de estructuras que cruzan esta arteria fluvial, así como los ríos Gualí, Guarinó y la Quebrada Seca. Entre ellos se destaca el Puente Navarro, construido en 1899, considerado el puente metálico más antiguo en funcionamiento en Latinoamérica. Estas obras no solo conectan barrios y caminos, sino que simbolizan la unión entre pasado y presente, entre tradición y modernidad.

Durante el siglo XIX y principios del XX, Honda fue un punto estratégico para el comercio entre la costa Caribe y el interior del país. El río Magdalena convirtió a esta ciudad en un epicentro de intercambio de bienes, ideas y culturas. Hoy, el Museo del Río Magdalena rinde homenaje a esa historia, con exposiciones que narran la vida del río y su influencia en la identidad colombiana.

Pero Honda no solo es historia colonial. En el sector de Perico se han hallado vestigios arqueológicos como arte rupestre en abrigos rocosos, evidencia de que esta tierra fue habitada por los ondaimas y gualíes, pueblos que practicaban el chamanismo y establecieron redes de intercambio con comunidades de las cordilleras, haciendo de Honda una escala obligada mucho antes de la llegada de los españoles.

El casco histórico de la ciudad es un testimonio vivo de la arquitectura y el urbanismo de siglos pasados. La Plaza de Mercado, de estilo neoclásico, sigue siendo un punto de encuentro donde se celebra la vida cotidiana, la gastronomía local y la amabilidad de su gente.

Honda también es conocida por su “subienda”, un fenómeno natural que ocurre cuando los peces migran desde las ciénagas del norte hacia el río Magdalena. 

Más allá de sus monumentos y paisajes, Honda es ejemplo de resiliencia y paz. Su gente, cálida y hospitalaria, conserva valores que son reflejo de lo mejor de Colombia: respeto por la historia, amor por la tierra y orgullo por sus raíces.

Honda nos recuerda que la memoria es un puente hacia el futuro. Que cuidar nuestras tradiciones, nuestros ríos, nuestras culturas, es también cuidar lo que somos. Porque en cada piedra de sus calles, en cada sonrisa de sus habitantes, en cada relato del Magdalena, vive el alma de Colombia.

Teyuna, la Ciudad Perdida

Enviado por Jaime el October 12, 2025
Body
Un legado ancestral en el corazón de Colombia

Teyuna, la Ciudad Perdida:
Un legado ancestral en el corazón de Colombia

Teyuna, la Ciudad Perdida en la Sierra Nevada de Santa Marta, es un legado de la antigua civilización Tayrona, de la que fue centro político, económico, religioso y espiritual, con un profundo respeto por la naturaleza y una visión avanzada de la sostenibilidad.

Ubicada en la zona norte de la Sierra Nevada, a orillas del río Buritaca, Teyuna se encuentra entre los 900 y 1,300 metros de altura. Sus terrazas y muros de contención  demuestran el conocimiento arquitectónico y cultural de los Tayronas. Pero Teyuna también es un testimonio vivo de la espiritualidad de este pueblo, para el que la montaña no era solo un hogar, sino un ser vivo al que había que respetar y proteger.

Durante siglos, Teyuna permaneció oculta bajo la selva, protegida por el manto natural que cubría sus secretos. Fue el abandono forzado, causado por la presión de los colonizadores europeos, lo que silenció este lugar, que había sido un eje político, económico y espiritual. Sin embargo, para las comunidades indígenas de la Sierra Nevada, como los Koguis, Arhuacos, Wiwas y Kankuamos, la conexión con Teyuna nunca se perdió. Para ellos, este lugar sigue siendo sagrado, un recordatorio de la necesidad de vivir en equilibrio con el mundo.

Hoy, Teyuna es un símbolo de pujanza, de la riqueza cultural de Colombia y del legado ancestral que trasciende generaciones. Caminar por sus senderos, entre sus terrazas y muros, no solo invita a imaginar la vida de quienes la habitaron, sino también a reflexionar sobre la importancia de preservar nuestra historia y nuestro entorno.

La Ciudad Perdida no es solo un lugar; es un mensaje atemporal que nos recuerda que la verdadera grandeza no está en lo que conquistamos, sino en lo que aprendemos a cuidar. Teyuna pertenece a todos los colombianos, no como un vestigio del pasado, sino como una lección viva sobre lo que somos y lo que podemos llegar a ser.

 

El Amazonas Colombiano

Enviado por Jaime el October 7, 2025
Body
Tesoro natural que refleja la fuerza de Colombia

El Amazonas Colombiano:
tesoro natural que refleja la fuerza de Colombia

En lo más profundo de la selva tropical se extiende uno de los pulmones más grandes del planeta: el Amazonas.  Esta vasta región, que abarca una gran parte de Colombia, es un verdadero tesoro de biodiversidad, hogar de miles de especies que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Pero su importancia va más allá de su riqueza natural, ya que el Amazonas colombiano es también un símbolo de la tradición, identidad y unidad de un país que avanza en medio de los desafíos

Esta región es el hogar de más de 70 comunidades indígenas que hablan más de 50 lenguas únicas. Comunidades que son el reflejo de los valores colombianos, pues en ellas se practica una forma de organización y gobernanza basada en la participación, el respeto mutuo y la cooperación, fundamentales para preservar la unidad y el bienestar común.

El Amazonas también es un espacio de cultura y tradiciones arraigadas, donde sus habitantes usan los saberes ancestrales para convivir con la naturaleza y representan la capacidad de una nación para respetar y proteger la diversidad biológica, cultural, humana…

En un país tan diverso como Colombia, el Amazonas es un recordatorio de que la riqueza no está en la uniformidad, sino en la pluralidad y la cooperación; de que la fortaleza de una sociedad radica en la inclusión y el respeto a todas sus voces. De que las generaciones venideras heredarán la biodiversidad, la riqueza cultural y los valores que sustentan esta región.

 

El Amazonas colombiano es un faro de esperanza para el mundo, porque nos enseña a vivir en armonía con la naturaleza, bajo principios fundamentales de cooperación, respeto mutuo y solidaridad. A través de la preservación del Amazonas, Colombia también preserva sus valores fundamentales: la justicia, la equidad, la democracia y la solidaridad de todo el planeta.

 

Cartagena

Enviado por admin el September 15, 2025
Body
Murallas que Protegen un Legado de Fortaleza y Resiliencia.

Cartagena:
Murallas que protegen un legado de fortaleza y resiliencia.

En el siglo XVI, cuando los piratas azotaban el Mar Caribe, Cartagena de Indias empezó a convertirse en una pieza clave para la Corona española… ¡y para la historia de América Latina! Las riquezas que atraían a corsarios temidos en todo el mundo la obligaron a entender que la supervivencia no dependía solo de las armas, sino de una estrategia clara para resistir a un enemigo que nunca descansaba.

Así nacieron las murallas de Cartagena, que a la vista son un espectáculo arquitectónico de piedra y mortero, pero que en su esencia son una muestra del ingenio de quienes las diseñaron y las construyeron. Cartagena se transformó en una fortaleza militar, cultural y humana; en cada baluarte, túnel o bastión hay una historia de lucha y resistencia.

La Ciudad Amurallada se convirtió —y sigue siendo— en un símbolo. Dentro de sus muros no solo se protegían tesoros materiales, sino también la esperanza y la dignidad de un pueblo. Las decisiones que se tomaron para levantar y mantener esas defensas hablan de un compromiso colectivo que ha trascendido generaciones y que todavía resuena en sus calles empedradas, hoy Patrimonio de la Humanidad.

Caminar por Cartagena es viajar al corazón de esa historia. Y, de alguna manera, también es mirarnos en un espejo: así como la ciudad se defendía de los piratas, nosotros enfrentamos desafíos que exigen la misma astucia y la misma unidad. Como Cartagena, nuestro país se protege con valores y con la fuerza de estar juntos.

Hoy, esas murallas siguen en pie y nos recuerdan lo que significa cuidar lo que amamos. Representan la fortaleza que tenemos como nación para enfrentar los retos del presente y seguir construyendo un futuro donde la unión es nuestra mejor defensa.



Hoy, las murallas de Cartagena siguen en pie, como un recordatorio de lo que significa proteger lo que se ama. Más allá de su valor histórico y arquitectónico, representan la fortaleza que necesitamos como nación para enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro en el que la unión sea nuestra mayor defensa. Cartagena nos enseña que la resiliencia no es solo una cualidad del pasado, sino una necesidad permanente. 


Publicar este tipo de historias no es solo un ejercicio de memoria histórica, sino un llamado a valorar lo que nos une como colombianos. En las sombras de esas murallas, en las huellas de quienes las construyeron y defendieron, encontramos la esencia de un país que ha aprendido a resistir y a reinventarse. Cartagena nos habla de quienes fuimos y, más importante aún, de quienes podemos ser. 


Así como esta ciudad protegió su dignidad y su legado, hoy somos invitados a proteger los valores que nos definen como sociedad. Las murallas de Cartagena no solo son un símbolo de resistencia, sino una inspiración para enfrentar el futuro con astucia, fortaleza y unidad. Porque en cada piedra, en cada baluarte, hay una lección que sigue vigente: lo que construimos juntos es lo que realmente nos protege. 

Suscribirse a Lugares